Más flexible, ágil y adaptable a los cambios, así será el modelo laboral de los próximos años

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Cezar Taurion, autor de seis libros sobre Open Source, Innovación, Cloud Computing y Big Data, nos habla sobre cómo las tecnologías disruptivas están revolucionando la manera en que las personas se comunican, colaboran y trabajan actualmente.

En el siglo XIX, se originó la idea de que tener un buen trabajo, significaba ser empleado de una empresa. La Revolución Industrial demandó ejércitos de trabajadores, y destruyó el escenario predominante de profesionales independientes de aquel entonces. Los artesanos se volvieron obreros y la producción dejó de ser individual para convertirse en un esfuerzo colectivo.

Antes del final del siglo XIX, la productividad se multiplicó por ocho, el salario   aumento diez veces y la esperanza de vida se  incrementó al doble. Se introdujo la estabilidad en el empleo, una organización jerárquica de comando y control, y nuevas funciones y carreras.

Nacen las grandes corporaciones

La organización tradicional que conocemos sigue los principios de Ronald Coase, economista de la Universidad de Chicago, premio Nobel de Economía. En estudios publicados en 1937, Coase decía que “una empresa se expande hasta que los costos para organizar una transacción adicional dentro de la propia compañía sean iguales a los costos para realizar la misma transacción a través de una permuta en el mercado abierto o sean iguales a los costos de organizarla en otra empresa”. Este modelo generó las grandes corporaciones y sus jerarquías, con diversos niveles de directores, gerentes, seniors etc.

Algunas fisuras comenzaron a surgir a partir de los años 70 y 80 del siglo XX y más acentuadamente después de la caída del Muro de Berlín. A la consecuente expansión de la globalización se sumaron los avances de la computación y la difusión de Internet. Las crisis económicas forzaron a las empresas a repensar el modelo de hacerlo todo en casa y, a partir de entonces, con los servicios outsourcing y la automatización, empezaron a delegar trabajo a prestadores externos, incluso de otros países.

Innovaciones más recientes de la era de Internet, como la movilidad, Big Data, Analytics y redes sociales causan rupturas en el modo de comunicarse, colaborar y trabajar de las personas. Este fenómeno afecta la manera en que se organizan las empresas, eliminando funciones “antiguas” y creando nuevas. Los costos de las transacciones están disminuyendo rápidamente. Es necesario revisar todo lo que aprendimos en el siglo pasado acerca de la gestión de grandes corporaciones.

Un desafío para las empresas

Hoy la necesidad como la oportunidad de construir una nueva forma de organización económica y una nueva ciencia de la administración es un desafío,   hacer frente a la realidad vertiginosa de los cambios del siglo XXI. Principalmente en la fase de transición, cuando las tecnologías emergentes no están completamente difundidas ni han sido asimiladas.

Por ello, tal vez, es el momento de debatir si las organizaciones que tenemos hoy y las profesiones que ejercemos van a ser las mismas en las próximas décadas. Los avances tecnológicos y las innovaciones de ruptura tornan obsoletas las profesiones establecidas y pueden destruir sectores enteros de la industria, pero crear nuevas modalidades, modelos de negocio y  profesiones.

Un artículo reciente publicado en “The Economist” trata de este tema de una manera interesante. Según el artículo “There´s an app for that”, el uso de las tecnologías móviles crea nuevos modelos  de negocio y trabajo. La idea que está detrás de distintas startups, a través del uso de las nuevas tecnologías, es acercar a contratantes y contratistas sin la necesidad de que una empresa tradicional actúe como intermediaria. Es un modelo que podemos denominar services on demand y es la base de la economía compartida (sharing economy). Es el fenómeno de la “uberización”.

Con tecnologías como Internet de las Cosas y las impresoras 3D, podemos ampliar el modelo, llegando incluso a la creación de productos, y de esa manera pensar en una economía on demand, que conduce a un cambio cultural significativo, como a la eliminación de la idea de “empleo a tiempo completo trabajando toda la vida en la misma empresa”.

Serán 20 mil años en 100

“Es muy difícil hacer predicciones, principalmente sobre el futuro”, pero los debates sobre escenarios son importantes para diseñar nuestras estrategias. El futurista Ray Kurzweil, creador de Singularity University (Universidad Google/NASA), estima que en los próximos cien años se verá un avance equivalente a 20,000 años de nuestro actual conocimiento.

La velocidad del desarrollo tecnológico permite afirmar que el trabajo y la organización de las empresas, tal como las conocemos hoy, tendrán fuertes cambios en los próximos años. Las empresas tendrán que ser más rápidas que hoy. Continuaremos viendo pocas y grandes corporaciones, habrá un espacio cada vez mayor para las organizaciones más pequeñas y más ágiles, especializadas, actuando en red, complementándose unas con otras.

Lo que nos limita es el hecho de que estamos demasiado familiarizados con el modelo antiguo y desconfiamos del  nuevo. Sin embargo, es claro que el modelo emergente será más parecido al mercado y menos a las corporaciones del pasado. Tendrá que ser más flexible, ágil, adaptable a los cambios e implacable en la asignación de recursos para nuevas oportunidades.

Esto modificará el concepto de empleo y probablemente demandará el surgimiento de muchísimas otras profesiones. Tal vez dentro de 25 años nadie más va a celebrar 25 años de trabajo en una misma empresa. Y muy probablemente no permanecerá 25 años ejerciendo la misma profesión, finaliza Cezar.

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