¿La confusión sobre la medición de las emisiones tecnológicas está sofocando la innovación?

Kevin Dunn, country manager UK/Ireland & Nordics, Wasabi Technologies

Las empresas saben que necesitan innovar. La IA, la computación en la nube y la infraestructura de datos avanzada ya no son opcionales para mantenerse competitivas.

Sin embargo, muchos dudan. No porque no vean el valor de la tecnología reciente, sino por miedo a lo que podrían descubrir si analizan con demasiado detalle su impacto ambiental.

El concepto de sostenibilidad puede haber sufrido algunos golpes en los últimos meses, pero aún existe un consenso global de que las empresas deben hacer todo lo posible para reducir sus emisiones. Es un imperativo impulsado no solo por los reguladores, sino también por los clientes, accionistas e incluso los propios empleados de la empresa.

Sin embargo, encuestas recientes sugieren que una parte significativa de los líderes empresariales se muestran cautelosos a la hora de medir en su totalidad las emisiones de su pila tecnológica, por temor a daños a la reputación y a la reacción negativa de los clientes.

El Informe Wasabi 2025 sobre Puntos Ciegos de Emisiones revela que hasta el 45% de las empresas del Reino Unido consideran que no tienen acceso completo a los datos de emisiones de sus proveedores tecnológicos. Además, casi la mitad de las empresas del Reino Unido (47%) no confían plenamente en la calidad y precisión de los datos que reciben de sus proveedores tecnológicos.

¿Podría, entonces, ser que la incertidumbre sobre los informes de emisiones esté frenando la inversión vital en nuevas herramientas e infraestructura?

El problema de las emisiones de Alcance 3

Durante años, las empresas han monitorizado su huella de carbono, establecido objetivos de cero emisiones netas y promovido iniciativas ecológicas, a menudo impulsadas por regulaciones gubernamentales y organizaciones nacionales como la UE. Sin embargo, en lo que respecta a la infraestructura digital, el panorama se vuelve menos claro.

El problema son las emisiones de Alcance 3, que son las emisiones indirectas de los proveedores de una empresa, incluyendo proveedores de la nube, software y no tecnológicos. Si bien estas suelen representar la mayor parte de la huella de carbono de una empresa (en promedio, el 75%, según el sector), también son las más difíciles de medir.

Si una empresa migra a la nube, ¿Cuánta potencia proviene de energías renovables? Si entrena un modelo de IA, ¿cuál es el coste real del carbono? Muchas empresas simplemente lo desconocen por el momento. Y lo que es más preocupante, como reveló nuestra encuesta, es que muchas empresas simplemente no confían plenamente en los datos que reciben.

Esto puede generar parálisis, ya que algunas empresas evitan auditar sus emisiones tecnológicas con demasiada atención, preocupadas por lo que encontrarán. Otras empresas se muestran reticentes a compartir los datos por temor a represalias, lo que podría distanciar a sus accionistas y abrir la puerta a preguntas difíciles.

Para algunos, puede incluso significar que inversiones cruciales quedan en suspenso mientras deciden cuál es el mejor camino a seguir.

¿Por qué estos datos son tan poco fiables?

Hay tres razones principales por las que tantas empresas tienen problemas con los datos que recuperan de sus proveedores. La primera, quizás la más importante, es que los proveedores de tecnología no siempre son transparentes. Algunos proveedores aún tratan los datos de emisiones como un secreto confidencial, en lugar de una responsabilidad compartida. Sin una visibilidad completa de las fuentes de energía, las métricas de eficiencia y el impacto en la cadena de suministro, las empresas se ven obligadas a adivinar.

También existe un problema con los métodos de reporte que no son consistentes, ya que no existe un estándar universal. Lo que funciona para una empresa puede ser confuso para otra.

Finalmente, existe el problema de la incapacidad de las propias empresas para rastrear y analizar datos internamente con precisión. Es posible que carezcan de las herramientas o la experiencia necesarias, o incluso que los equipos de sostenibilidad calculen las emisiones de una manera, mientras que los departamentos de TI utilizan modelos completamente diferentes.

Esta inconsistencia genera desconfianza y, cuando las empresas no pueden confiar en los números, recurren a la inacción.

Avanzando

Si la sostenibilidad se está convirtiendo en un obstáculo para la innovación, las empresas deben actuar. Si un proveedor de nube no puede (o no quiere) divulgar las emisiones exactas por carga de trabajo, es una señal de alerta. Los equipos de compras deben empezar a plantear preguntas difíciles y, cuando corresponda, alejarse de los proveedores que no las respondan.

Las empresas también deben unirse para impulsar el desarrollo de un estándar global de medición para la contabilidad del carbono. Hasta que los organismos reguladores o los consorcios implementen estándares uniformes de información, las empresas seguirán teniendo dificultades para comparar diferentes mediciones y métricas.

Finalmente, es imperativo que las empresas reconsideren su forma de abordar los informes de emisiones. En lugar de considerarlos una carga para el cumplimiento normativo, deben considerarlos una oportunidad. Un seguimiento adecuado de las emisiones permitirá a las empresas ser transparentes y auténticas sobre sus credenciales ecológicas, lo que puede tranquilizar a los clientes potenciales y, en última instancia, generar nuevas oportunidades de negocio.

Medir el impacto ambiental puede ser complicado, pero la alternativa de seguir usando sistemas obsoletos porque los nuevos parecen «demasiado riesgosos» es mucho peor.

La solución es mayor transparencia, herramientas más inteligentes, un impulso colectivo para la rendición de cuentas y, sobre todo, trabajar con los socios adecuados que puedan generar estadísticas precisas sobre emisiones. Las empresas que se den cuenta de esto primero no solo cumplirán sus objetivos de sostenibilidad, sino que también superarán a la competencia.

(datacenterdynamics.com)

Les estaremos informando con mucho más detalle, en el marco del informe especial: “Soluciones y productos de infraestructura para edificios y ciudades inteligentes (Sistemas BIM y BMS), POL (Passive Optical LAN). Seguridad integrada, video vigilancia y control de acceso. Casos de uso y aplicabilidad de cada solución y producto, incluyendo la colaboración digital (relacionado a realidad virtual sistema BIM) (Gemelos digitales). Buenas prácticas ambientales.», que estamos preparando para nuestra edición 216 y publicaremos en el mes de agosto.

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