La relevancia del edge computing en las estrategias híbridas multicloud
El mundo ya no se entiende sin la existencia del cloud computing. La nube llegó hace tiempo para quedarse. Esta forma de entender las infraestructuras tecnológicas y la ejecución de cargas de trabajo ha seguido expandiendo su alcance con fuerza durante los últimos años, impregnando la estrategia de empresas de todo el mundo y evolucionando hacia una configuración híbrida multicloud.
Esto implica la combinación de múltiples ofertas. Es posible integrar los recursos de diferentes vendedores para evitar el lock-in y obtener lo mejor de la nube pública y del ámbito privado a la vez, en asociación con el equipamiento local. Por un lado, destacan ventajas como la flexibilidad y la escalabilidad. Por el otro, la cada vez más necesaria seguridad frente al auge de la ciberdelincuencia y una garantía de control sobre los datos.
Pero el mundo actual, donde la información crece exponencialmente en volumen y variedad, tampoco se entiende sin el edge computing. Las organizaciones tienen a su alcance datos de todo tipo de fuentes: de registros, de transacciones, de redes sociales, de conexiones de máquina a máquina… y no siempre pueden esperar a procesarlos fuera del lugar de trabajo. Esto justifica que el centro de las redes informáticas y de telecomunicaciones se desplace hacia el extremo, hacia el borde.

El edge computing es un paradigma en el que el concepto de proximidad gana peso. Y es que los datos se procesan cerca del dispositivo que los genera o del usuario final que los consume. Esto es, en el edge de la red. La descentralización que se produce en este contexto permite analizar los datos para proporcionar perspectivas más rápido o habilitar aplicaciones que dependen de una entrega inmediata.
Con la computación en el borde, la latencia se reduce y actividades como el streaming de contenido de alta definición o la conducción autónoma se ven beneficiadas. La experiencia de los consumidores mejora, porque no se ven forzados a esperar incluso con un uso intensivo de datos. El papel del edge computing es clave en las redes 5G y para los dispositivos de internet de las cosas (IoT), la automatización o los fenómenos de la inteligencia artificial, la realidad virtual y los juegos inmersivos.
En casos como los de minoritas e instituciones sanitarias, que envían ofertas y prestan servicios a través de los equipos de sus clientes y pacientes, pueden llevar a cabo el procesamiento en ubicaciones que ellos mismos controlan y cumplir en privacidad. Otro uso destacado del edge tiene que ver con aquellas aplicaciones que resultan cruciales para la vida, con ejemplos que afectan directamente a la seguridad, la salud o la supervivencia de las personas.
Al no transferir las cargas a otros lados y relacionarse con grandes conjuntos de datos en el origen, el edge computing abre nuevas posibilidades. Facilita la toma de decisiones, impulsa el crecimiento de los negocios y permite ampliar su infraestructura de cloud híbrida. Entre sus ventajas se encuentran la velocidad en los procesos con análisis casi instantáneos, costes de ancho de banda más bajos, una mayor fiabilidad y autonomía, interoperabilidad y el cumplimiento regulatorio.
Este modelo de computación habilita una red distribuida para el almacenamiento y el procesamiento en local. Como en otras construcciones de TI, las arquitecturas edge tienen que ofrecer resiliencia y ajustarse a cuestiones de espacio, escala, condiciones ambientales, requisitos de alimentación o necesidades de monitorización. Una vista centralizada para vigilar las ubicaciones y supervisar las operaciones resulta fundamental.
Computación siempre activa
El edge computing no es ajeno a los eventos de inactividad no planificados. Un fallo en el sistema, un error humano o un ciberataque podrían causar interrupciones. ¿Cómo conseguir una computación en el edge permanentemente activa? El departamento de TI debe apoyarse en herramientas como las soluciones de gestión en remoto y el software de mantenimiento para certificar que todo funciona tal y como debería. Y, de no ser así, actuar para evitar el desastre.
Primero hay que identificar todo aquello que se considera crítico y es susceptible de monitorización. Otro paso básico consiste en favorecer la disponibilidad del personal para ver qué está sucediendo y responder a las señales de riesgo. Los sistemas de control dan información relevante con la que abordar inconvenientes antes de que se conviertan en un problema mayor. Posibilitar la actuación de forma no presencial es importante.
Los expertos no siempre tienen la opción de desplazarse, hacer las comprobaciones requeridas sobre el terreno y garantizar el tiempo de actividad, por lo que contar con tecnología para la configuración, las actualización y la remediación a distancia se vuelve indispensable. Esta clase de monitorización sirve, sin ir más lejos, para identificar puntos calientes y buscar una solución de forma proactiva. Es decir, ayuda a impulsar el rendimiento y proteger la inversión que ha realizado la compañía.
Vertiv recomienda plataformas que ofrecezcan vistas personalizables y paneles de control flexibles para la monitorización y la gestión de flotas en entornos edge y de infraestructura física distribuida. La idea es incrementar la visibilidad operativa para maximizar el desempeño. Los informes señalan tendencias y se emiten alertas sobre los dispositivos en el momento justo.
(silicon.es)
Les estaremos informando con mucho más detalle, en el marco del informe especial: “Soluciones y productos de infraestructura para edificios y ciudades inteligentes (Sistemas BIM y BMS), POL (Passive Optical LAN). Seguridad integrada, video vigilancia y control de acceso. Casos de uso y aplicabilidad de cada solución y producto, incluyendo la colaboración digital (relacionado a realidad virtual sistema BIM) (Gemelos digitales). Buenas prácticas ambientales.», que estamos preparando para nuestra edición 216 y publicaremos en el mes de julio.
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