La implantación integrada en data centers debe convertirse en la norma

Ya se ha hablado mucho de las presiones a las que se enfrenta el sector de los centros de datos, con la IA exigiendo infraestructuras más densas y los desarrolladores buscando despliegues más rápidos. A esta presión se suman los continuos retos de contratación, que han creado una tensión adicional y pueden provocar retrasos desde el diseño hasta la entrega. A pesar de estas presiones, muchos proyectos parecen seguir todavía modelos de despliegue heredados.

En las primeras fases de desarrollo, los proveedores individuales y los proveedores de servicios críticos, que cubren áreas como la energía, la refrigeración y la conectividad, suelen trabajar juntos y alineados. Sin embargo, esta coordinación suele empezar a fragmentarse una vez iniciada la construcción. La expectativa es que todo encaje perfectamente una vez en la obra, pero la realidad puede ser muy distinta. Desde los problemas de coordinación hasta la entrega entrecortada de los alcances y las limitaciones típicas de la obra, es fácil que se produzcan retrasos en el proyecto y sobrecostes.

Cuando varios contratistas trabajan en paralelo, cada uno con sus propios plazos, tolerancias, limitaciones y suposiciones, esos puntos de encuentro se convierten rápidamente en zonas de fricción. Un conducto mal alineado, una fuente de alimentación que llega con una semana de retraso, una vaina de contención que entra en conflicto con postes estructurales: todo ello se convierte en cascada en costosas repeticiones y retrasos. Además, estas soluciones a veces no son tan eficaces ni tienen el mismo grado de calidad que las que se llevan a cabo en un entorno controlado fuera de las instalaciones.

Adaptabilidad y agilidad

La industria se está preparando para hacer frente a las exigencias de la IA. Sin embargo, la realidad actual del diseño, la fabricación y la instalación es que muchas instalaciones deben cumplir los requisitos operativos actuales y, al mismo tiempo, estar preparadas para la IA. Esto requiere el desarrollo de soluciones ágiles y adaptables que proporcionen a los clientes un sistema «de primer día» para las capacidades de carga más bajas y, al mismo tiempo, la flexibilidad necesaria para escalar a cargas más altas cuando sea necesario.

El reto práctico de diseñar y construir infraestructuras adaptables se presta naturalmente a la adopción de filosofías modulares. De este modo, pueden diseñarse para hacer frente a mayores necesidades de capacidad. Gracias a la integración modular, los servicios más afectados por el aumento de las cargas, como la refrigeración, la energía y las telecomunicaciones, pueden preverse y suministrarse mucho antes de la instalación.

El reto de la escalabilidad

Otra cuestión crítica es la escalabilidad. Al igual que ocurre con la adaptabilidad y la agilidad, los clientes suelen exigirle que esté preparado para realizar entregas a gran escala. Anteriormente hemos mencionado los requisitos del «primer día», pero a menudo hay un sinfín de razones por las que el acondicionamiento de un edificio a gran escala no se ejecuta según lo previsto inicialmente, como la financiación, la energía, la planificación y el despliegue del tipo de chip. Sin embargo, a menudo los clientes esperan que nos mantengamos en una posición preparada, listos para entregar a la velocidad del rayo y a escala una vez que se elimine la limitación.

Esta expectativa de escalar y desplegar soluciones de centros de datos en plazos ajustados, al tiempo que se gestionan aumentos exponenciales de la demanda de capacidad, hace que las filosofías de diseño modular sean una parte fundamental de cualquier solución viable.

También se está produciendo un cambio de paradigma en el espacio mecánico para satisfacer las cargas de alta densidad de los bastidores impulsadas por la IA. El paso de los sistemas tradicionales refrigerados por aire a la refrigeración líquida integrada introduce nuevas complejidades en la coordinación de servicios dentro del espacio blanco que antes no eran tan significativas. El suministro a escala, especialmente en el núcleo de un centro de datos, siempre ha requerido una coordinación temprana de múltiples servicios. Sin embargo, con el auge de las soluciones de refrigeración mecánica, esta integración temprana es ahora aún más crítica para lograr resultados satisfactorios y escalables.

Incluso los matices y las limitaciones en torno a la puesta en servicio a gran escala y las pruebas de los sistemas de líquidos a nivel local dentro de un centro de datos son cuestiones con las que el sector está lidiando. El uso cada vez mayor de soluciones modulares fuera de las instalaciones, en las que la puesta en marcha mecánica a gran escala puede realizarse en entornos controlados, se perfila rápidamente como una estrategia práctica y eficaz para superar estos retos y está ganando un impulso significativo en todo el sector.

Las ventajas prácticas de la integración

Es intuitivo que los modelos de construcción modular y fuera de las instalaciones reducen los plazos de construcción in situ en la construcción general, pero estamos observando que las ventajas en el espacio de los centros de datos se amplifican debido a la mayor densidad de servicios que atienden a cargas de bastidores más grandes. Uno de los principales obstáculos para la adopción de la construcción modular ha sido la percepción de una escalabilidad limitada y la repetición del diseño, junto con la ineficacia del transporte de grandes volúmenes de espacio no utilizado, esencialmente «aire de envío» En consecuencia, los métodos tradicionales de construcción por módulos han sido durante mucho tiempo el enfoque por defecto.

Pero eso está cambiando. Los servicios, ya sean de telecomunicaciones, eléctricos o de refrigeración, son cada vez más grandes, pesados y densos, y los plazos necesarios se reducen, por lo que el énfasis se ha desplazado hacia soluciones totalmente integradas. Estos sistemas se montan y ponen en marcha fuera de las instalaciones siempre que es posible, y luego se entregan listos para su instalación con un mínimo de trabajo in situ.

La integración fuera del emplazamiento también elimina muchas de las complejidades de la secuenciación y el traspaso de zonas, que absorben recursos de la obra y dificultan la ejecución del programa. Cuando los sistemas llegan a la obra prealineados, probados en fábrica y listos para su instalación, la actividad pasa de la coordinación y la corrección al simple montaje. El efecto acumulativo es significativo: reducción de los plazos del proyecto, menos dependencias del emplazamiento y mayor confianza en los plazos de entrega.

En un mercado impulsado por la inteligencia artificial, en el que el plazo de entrega puede definir la competitividad, la integración premontada se convierte rápidamente en una ventaja estratégica. La integración modular también mejora la seguridad y el cumplimiento de la normativa. Cuantas menos incógnitas queden por resolver in situ, menos medidas de reparación serán necesarias en un entorno de alto riesgo.

El futuro del suministro

En los próximos años, los desarrolladores tendrán que decidir entre los modelos tradicionales de entrega fragmentada o soluciones integradas más modulares. Esto último no es una opción «agradable de tener», sino una necesidad de velocidad, previsibilidad, escalabilidad y seguridad.

En un mercado que castiga el retraso y la fragmentación, los modelos de implantación deben cambiar. El futuro de la entrega de centros de datos no se construirá por partes, sino en sistemas que sepan interconectarse desde el primer día.

(datacenterdynamics.com)

Les estaremos informando con mucho más detalle, en el marco del informe especial: “Soluciones de infraestructura de Data centers y edge computing, componentes activos (UPS, AAC, generadores, tableros eléctricos, PDU) y pasivos (cables, gabinetes, pisos, accesorios, conectores). Climatización. IA y Ciberseguridad. Buenas prácticas ambientales», que estamos preparando para nuestra edición 216 y publicaremos en el mes de noviembre.

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