Acústica en infraestructuras digitales: del edge a la hiperescala

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Por Alba Renedo
Sales Manager, Iberacústica

La acústica se ha convertido en una variable crítica en el diseño de centros de datos. Ya no basta con asegurar potencia y conectividad, el ruido condiciona permisos, aceptación social y continuidad operativa. Desde microcentros urbanos hasta megacampus de hiperescala, el control sonoro se ha convertido en parte estructural de la estrategia de diseño.

En entornos urbanos y comerciales, donde los edge data centers se insertan cada vez más cerca de zonas sensibles, una de las prioridades es desarrollar soluciones acústicas eficaces pero discretas. Pantallas acústicas integradas en la arquitectura, sistemas de climatización silenciosos y diseños que se mimetizan con el entorno permiten que estas instalaciones convivan sin generar impacto.

En el otro extremo, los grandes centros de hiperescala concentran decenas de MW de capacidad, con enormes volúmenes de ventilación, refrigeración y generación eléctrica de respaldo. Aquí, la gestión del ruido es un requisito esencial para respetar los niveles sonoros máximos permitidos en el emplazamiento y garantizar condiciones adecuadas en instalaciones con actividad continuaHay que cumplir normativa, pero también planificar desde el diseño para que estas infraestructuras puedan crecer sin conflictos ni bloqueos regulatorios.

Las soluciones acústicas se integran cada vez antes en los proyectos: pantallas de gran formato, silenciadores de ventilación, silenciadores de escape para motores de grupos electrógenos, tratamientos absorbentes en plenums o encapsulados modulares para equipos críticos. Estas decisiones deben definirse en fases tempranas, cuando todavía es posible influir en la distribución de equipos y flujos de aire.

Alcanzar un buen equilibrio entre atenuación acústica, eficiencia energética y costes requiere experiencia. Una reducción significativa del nivel sonoro puede implicar aumentos en la pérdida de carga y afectar al rendimiento energético global, por lo que contar con asesoría especializada desde el diseño inicial es clave para tomar decisiones con visión global y evitar soluciones sobredimensionadas o ineficaces.

Aunque la verificación y el cumplimiento normativo siguen siendo parte del proceso —modelados predictivos, mediciones en campo y seguimiento en receptores sensibles—, la verdadera diferencia está en anticiparse. Un proyecto que documenta su control acústico desde el inicio gana tiempo en permisos, reduce riesgos de incidencias y refuerza su narrativa ESG.

Caso práctico: aislamiento acústico de grupos electrógenos contenerizados

En la construcción de un gran centro de datos de hiperescala en España se requirió el suministro de varios grupos electrógenos de gran potencia —superiores a 2000 kVA— integrados en módulos contenerizados. Cada contenedor debía garantizar un aislamiento acústico preciso para cumplir con los límites sonoros del emplazamiento.

Antes de fabricar los elementos, realizamos un estudio acústico teórico detallado. Este análisis permitió definir el nivel de atenuación necesario y seleccionar las soluciones constructivas adecuadas, considerando los datos de potencia facilitados por el fabricante de los equipos y las prestaciones acústicas proporcionadas por los distintos proveedores de materiales. Se incluyeron márgenes de incertidumbre asociados al uso de datos de fichas técnicas, con el fin de garantizar que los objetivos acústicos definidos en el estudio teórico pudieran alcanzarse también en condiciones reales de operación.

Nos encargamos de diseñar y fabricar los siguientes elementos acústicos necesarios para el aislamiento del contenedor:

  • Dos silenciadores acústicos disipativos de ventilación (entrada y salida de aire), esenciales para mantener el caudal necesario sin comprometer la ventilación del grupo.
  • Un silenciador acústico reactivo para el escape del motor, diseñado específicamente para lograr una alta atenuación en las bajas frecuencias características de este tipo de emisiones.
  • Puertas acústicas de 54dBA de aislamiento, incluyendo tres peatonales y dos de registro de pequeño formato.

La entrada de aire se produce por la parte frontal del contenedor —apoyada por una estructura desmontable acoplada al armario— y la salida por la parte superior trasera, impulsada por el ventilador del radiador del grupo electrógeno.

Tras la fabricación e instalación de los elementos, una empresa externa llevó a cabo mediciones acústicas de comprobación in situ. Las pruebas se realizaron en 12 puntos definidos por el cliente alrededor del contenedor, con micrófonos situados a distintas alturas y bajo diferentes condiciones de funcionamiento del grupo. Los resultados confirmaron que los niveles de presión sonora en todos los puntos medidos se mantenían dentro de los valores establecidos.

Este proyecto se replicó en varios contenedores idénticos, destinados todos a abastecer eléctricamente el nuevo centro de datos de hiperescala. Gracias a la planificación previa y a la fabricación de soluciones a medida, fue posible integrar los grupos electrógenos en la instalación sin superar los niveles sonoros permitidos.

(datacenterdynamics.com)

Les estaremos informando con mucho más detalle, en el marco del informe especial: “Soluciones de infraestructura de Data centers y edge computing, componentes activos (UPS, AAC, generadores, tableros eléctricos, PDU) y pasivos (cables, gabinetes, pisos, accesorios, conectores). Climatización. IA y Ciberseguridad. Buenas prácticas ambientales», que estamos preparando para nuestra edición 216 y publicaremos en el mes de octubre.

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