Cómo arruinar un sistema de refrigeración líquida en perfecto estado

Por Steve Altizer, presidente y CEO de Compu Dynamics

La refrigeración líquida se está convirtiendo rápidamente en la columna vertebral de la gestión térmica en los centros de datos modernos, especialmente a medida que la inteligencia artificial (IA) y las cargas de trabajo de computación de alto rendimiento (HPC) empujan las densidades de rack a niveles que la refrigeración por aire simplemente no puede manejar.

Pero dejemos una cosa clara: todos los centros de datos que necesitan refrigeración líquida siguen necesitando aire. Y aunque el sector está avanzando a pasos agigantados en la implantación de la refrigeración líquida, lo estamos haciendo en un entorno sin normas, sin tradiciones y con muy poco consenso sobre las mejores prácticas o incluso sobre qué materiales utilizar. En este entorno, hay innumerables maneras de meter la pata, y lo que está en juego no podría ser mayor.

La realidad es que la refrigeración líquida es una nueva frontera para la mayoría de nosotros. La industria está aprendiendo sobre la marcha, y no hay una «forma correcta» en la que todo el mundo esté de acuerdo, al menos no todavía. Con el tiempo, surgirán normas, pero por ahora, cada instalación es un trabajo a medida, y cada error puede ser dolorosamente caro. Un solo descuido puede obstruir los disipadores de calor y poner en peligro bastidores que podrían valer 20 millones de dólares o más. Peor aún, si el sistema de tuberías del sistema de refrigeración de tecnología (TCS) no se instala correctamente, es posible que ni siquiera sepa que se ha cometido un error hasta pasados unos años, cuando se vea obligado a desmontar todo el sistema y empezar de nuevo.

La puesta en marcha, en particular, es una tarea ingente. No se trata sólo de pulsar un interruptor y esperar lo mejor; se trata de garantizar metódicamente que cada componente y conexión esté listo para manejar las demandas de las cargas de trabajo del centro de datos, tanto hoy como en el futuro.

En este artículo, voy a esbozar tres errores críticos que pueden socavar su inversión en refrigeración líquida y ofrecer orientación práctica sobre cómo evitarlos. Examinemos tres errores críticos que pueden sabotear su infraestructura de refrigeración líquida y cómo evitarlos.

1. Descuidar la limpieza durante la instalación y la puesta en marcha

Los sistemas de refrigeración líquida son fundamentalmente diferentes de sus predecesores refrigerados por aire en un aspecto clave: son mucho menos indulgentes con la contaminación. Durante la instalación y la puesta en marcha, incluso pequeños fallos de limpieza pueden introducir partículas, aceites o contaminantes biológicos en el sistema. A diferencia del aire, el líquido es un eficiente portador de cualquier otro elemento que se introduzca en el bucle, como el calor.

Una simple viruta metálica, un poco de polvo de construcción o una mancha de grasa pueden causar estragos en el interior de las bombas, obstruir los microcanales y acelerar la corrosión. Estos contaminantes pueden degradar la eficacia de la transferencia de calor, aumentar las caídas de presión y, en última instancia, acortar la vida útil de los componentes críticos. En el peor de los casos, pueden provocar fallos catastróficos que requieran costosas paradas y reparaciones.

La lección es clara: trate la instalación de su sistema de refrigeración líquida como el montaje de una nave espacial. Todas las tuberías, accesorios y superficies deben limpiarse, lavarse e inspeccionarse antes de poner en marcha el sistema. La puesta en marcha debe incluir rigurosos procedimientos de lavado y filtrado para garantizar que todo el circuito está en perfecto estado antes de introducir el refrigerante.

2. Omitir la inspección minuciosa de los componentes clave

Los sistemas de refrigeración líquida son complejos, con una gran cantidad de componentes (CDU, bombas, colectores, válvulas y sensores) que funcionan conjuntamente. Cada elemento debe especificarse, instalarse y probarse correctamente. Saltarse o precipitarse en las inspecciones puede causar problemas.

Por ejemplo, una junta mal alineada o un racor mal apretado pueden introducir fugas que pasen desapercibidas hasta que el sistema esté a plena carga. Un sensor defectuoso puede proporcionar datos inexactos sobre la temperatura o el caudal, lo que conduce a un funcionamiento subóptimo o, peor aún, a un sobrecalentamiento no detectado. Incluso la elección de los materiales, como metales incompatibles en contacto con el refrigerante, puede preparar el terreno para la corrosión galvánica y un fallo prematuro.

Un sólido protocolo de inspección no es negociable: todas las juntas, sellos y conexiones deben someterse a pruebas de presión. Los sensores y controles deben calibrarse y verificarse. Y como cada instalación de refrigeración líquida tiene sus propios problemas de densidad, química y distribución, no existe una lista de comprobación única. Las inspecciones deben adaptarse a las características específicas de su sistema y carga de trabajo.

3. No sustituir el refrigerante con regularidad

El refrigerante es la savia de cualquier sistema de refrigeración líquida. Con el tiempo, incluso los fluidos mejor diseñados pueden degradarse. Los aditivos que inhiben la corrosión o el crecimiento biológico se agotan, los niveles de pH varían y pueden acumularse partículas. Si se descuida la sustitución del refrigerante, el resultado es una disminución lenta pero constante del rendimiento y la fiabilidad del sistema.

El refrigerante rancio o contaminado puede fomentar el crecimiento microbiano (biopelícula), que aísla las superficies de transferencia de calor y obstruye los microcanales. Pueden producirse condiciones corrosivas que ataquen a los metales y provoquen fugas o averías. La capacidad de rechazo de calor del sistema disminuye y la eficiencia energética se resiente.

Es esencial un programa de mantenimiento disciplinado. Esto incluye el muestreo y análisis periódicos del refrigerante, la sustitución oportuna según las recomendaciones del fabricante y el uso de un filtrado adecuado. Escatimar en este paso es una falsa economía que puede borrar los ahorros que la refrigeración líquida está destinada a ofrecer.

Elegir al socio adecuado: En qué fijarse

Dada la complejidad y lo mucho que está en juego, elegir un socio para su proyecto de refrigeración líquida es tan importante como la propia tecnología. Esto es lo que hay que priorizar:

  • Experiencia en instalaciones de alta densidad: Busque un historial de diseño, instalación y mantenimiento de sistemas de refrigeración líquida para entornos de IA y HPC. Cada sistema es único y la experiencia es importante.
  • Protocolos exhaustivos de puesta en marcha: Su socio debe disponer de procedimientos documentados para limpiar, lavar e inspeccionar los sistemas antes de la entrega.
  • Asistencia durante el ciclo de vida: La relación no debe terminar con la instalación. El mantenimiento continuo, la gestión del refrigerante y la supervisión del sistema por parte de un socio experimentado y de confianza son fundamentales para el éxito a largo plazo.
  • Flexibilidad y personalización: La refrigeración líquida no es una mercancía. Su socio debe ser capaz de adaptar las soluciones a su densidad, química y requisitos operativos específicos.

Conclusión

La refrigeración líquida es el presente y el futuro de la gestión térmica de los centros de datos. Pero las ventajas que promete sólo se consiguen prestando una atención rigurosa a los detalles en cada fase, desde la instalación hasta el mantenimiento. Si se escatiman los detalles, se corre el riesgo de convertir una buena inversión en un problema crónico y costoso.

A medida que nos adentramos en esta nueva era del diseño de centros de datos, recordemos que el éxito de su inversión en refrigeración líquida depende no sólo de lo que compre, sino de cómo lo construya, lo ponga en marcha y lo cuide.

Si se cumplen estas premisas, se cosecharán los frutos durante muchos años.

(datacenterdynamics.com)

Les estaremos informando con mucho más detalle, en el marco del informe especial: “Soluciones de infraestructura de Data centers y edge computing, componentes activos (UPS, AAC, generadores, tableros eléctricos, PDU) y pasivos (cables, gabinetes, pisos, accesorios, conectores). Climatización. IA y Ciberseguridad. Buenas prácticas ambientales», que estamos preparando para nuestra edición 216 y publicaremos en el mes de noviembre.

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