La repatriación de datos de próxima generación funciona con refrigeración líquida

La nube pública, considerada en su día el futuro de las TI, cumplió sus promesas iniciales: escalabilidad, flexibilidad y alivio de los problemas de hardware. Sin embargo, las prioridades están cambiando. Según un estudio de IDC, cerca del 80% de los encuestados prevé algún grado de repatriación de recursos informáticos y de almacenamiento en los próximos doce meses.
La repatriación a la nube no es un retroceso, sino una transición hacia decisiones de infraestructura más inteligentes y deliberadas. Para cargas de trabajo consistentes y de alto rendimiento, las ventajas de rendimiento y costo de la infraestructura local son cada vez más atractivas. Sin embargo, esta transición no está exenta de desafíos. Requiere un profundo conocimiento de la infraestructura y los requisitos operativos involucrados. Tecnologías como la refrigeración líquida son cruciales para impulsar entornos locales densos, eficientes y escalables.
La nube no es una solución universal. Para tareas predecibles que consumen muchos recursos, como el entrenamiento de IA o el análisis de datos, mantener la infraestructura local puede implicar un mejor rendimiento y un mayor control de los costes.
Si bien el coste sigue siendo un factor clave, la gravedad de los datos y el cumplimiento normativo se están volviendo igualmente cruciales. Transferir conjuntos de datos masivos entre regiones de la nube aumenta la latencia, incrementa los costes y presenta riesgos regulatorios. Ante el endurecimiento de los requisitos de soberanía de datos, especialmente en la UE, las empresas recurren a centros de datos Edge de un solo inquilino para mantener los datos locales y en cumplimiento normativo. Y ante el aumento de las tensiones geopolíticas y las regulaciones transfronterizas, la reincorporación de las cargas de trabajo a la empresa fortalece la resiliencia y mantiene la autonomía.
Reinstalar las cargas de trabajo en las instalaciones no es tan sencillo como pulsar un botón; conlleva importantes necesidades de infraestructura. Las demandas informáticas actuales, impulsadas por la IA y el análisis, están superando los límites de las configuraciones locales tradicionales. Las organizaciones que están recuperando las cargas de trabajo se están dando cuenta rápidamente de que necesitan más potencia, mayor densidad e infraestructura específica para mantenerse al día.
Las cargas de trabajo modernas están revelando cuellos de botella en la infraestructura de los centros de datos tradicionales. Diseñadas originalmente para sistemas refrigerados por aire y centrados en la CPU con una salida térmica relativamente baja, muchas instalaciones ahora no pueden soportar las altas demandas de energía y refrigeración de los entornos informáticos actuales. Como resultado, las empresas recurren al sobreaprovisionamiento de espacio, a costosas renovaciones o a una menor eficiencia operativa.
A medida que aumenta la intensidad de procesamiento, también lo hace el calor, lo que lleva la refrigeración tradicional al límite. Los sistemas heredados no pueden seguir el ritmo, lo que convierte la infraestructura en una barrera.
A medida que las empresas reincorporan las cargas de trabajo a sus instalaciones, no solo importa dónde se realiza el procesamiento, sino también cómo brindarle soporte. La refrigeración líquida híbrida satisface las demandas de calor y energía del hardware moderno sin necesidad de una renovación completa del centro de datos. Es una forma práctica de obtener más potencia informática del espacio y la infraestructura existentes, a la vez que se prepara para el futuro, incluyendo entornos Edge y remotos.
La IA, el aprendizaje automático y la computación perimetral están llevando la infraestructura al límite de sus capacidades térmicas. Sin una estrategia de refrigeración adecuada, las empresas corren el riesgo de alcanzar esos límites antes de lo previsto. La refrigeración líquida híbrida no solo libera el margen de rendimiento necesario para las cargas de trabajo de última generación, sino que también garantiza el futuro de toda la estrategia de repatriación. No es un parche, es una plataforma para el crecimiento.
La repatriación no es un retroceso en la innovación; es un salto estratégico hacia un mayor control, eficiencia y rendimiento. A medida que las empresas reevalúan el verdadero coste de la nube y el valor operativo de ser propietarias de su infraestructura, muchas descubren que devolver las cargas de trabajo a sus instalaciones es la decisión correcta para su negocio.
Pero para que la repatriación sea exitosa, se necesita más que espacio físico y racks de servidores. Exige una infraestructura preparada para la intensidad de procesamiento actual y futura. La refrigeración líquida no es solo una solución térmica inteligente; es un factor clave para las operaciones de centros de datos de alta densidad, compatibles con IA y sostenibles.
A medida que las organizaciones reimaginan dónde deben alojar sus cargas de trabajo, también deben reimaginar cómo se alimentan, refrigeran y escalan. El futuro de la infraestructura es híbrido, distribuido y con un alto consumo de calor, y la refrigeración líquida es la forma en que las empresas con visión de futuro se preparan para afrontarlo.
(datacenterdynamics.com)
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