¿Por qué muchos data centers están diseñados para fracasar (y cómo evitarlo)?

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Por María Barrero Leal, Business Development en DConcept

Hace unos meses, en un proyecto del sur de Europa, saltaron las alarmas a mitad de camino. El diseño original del data center —cerrado con todo detalle un año antes— contemplaba racks de densidad media, una refrigeración optimizada y una distribución clásica por salas. Nada fuera de lo habitual.

Pero algo cambió. El cliente final, impulsado por nuevas cargas de IA, empezó a exigir densidades que duplicaban las previstas. ¿El problema? El diseño ya no tenía margen para absorber ese cambio. Tocaba rediseñar, reconfigurar la distribución eléctrica, ampliar la capacidad de refrigeración… y asumir sobrecostes.

¿Significa esto que todos los data centers deberían diseñarse como estructuras mínimas listas para escalar? No necesariamente. Si el cliente ya sabe que va a necesitar determinada capacidad, tiene sentido proyectar desde el inicio una infraestructura robusta, pero flexible. La clave está en anticipar y diseñar con visión: que cada decisión tenga margen de evolución, pero también sentido desde el principio.

Lo preocupante no es crecer o no crecer. Lo preocupante es diseñar sin tener en cuenta cómo va a cambiar el entorno, el negocio o las propias prioridades del cliente.

Cada vez más data centers nacen desalineados con el futuro que deberían poder habitar. Diseños pensados para un escenario que ya ha cambiado cuando llega el momento de construir. Infraestructuras sólidas, pero rígidas. Proyectos bien planteados, pero mal adaptados.

El desfase entre diseño y realidad

Diseñar un data center no es simplemente proyectar un edificio con ciertas instalaciones. Es anticipar necesidades futuras, equilibrar eficiencia y resiliencia, y, sobre todo, dejar espacio a lo inesperado. Sin embargo, en muchos casos se sigue aplicando un enfoque lineal, rígido y centrado en estándares que ya no reflejan la complejidad del sector.

Los ciclos de diseño y construcción pueden alargarse uno o dos años. Tiempo suficiente para que las condiciones tecnológicas, normativas o incluso de negocio cambien radicalmente. Aun así, muchos proyectos avanzan como si el contexto fuera estático.

Mientras tanto, crece la presión: más densidad, más sostenibilidad, más modularidad, más control operativo… todo a la vez. Si el diseño no integra esa tensión desde el inicio, el resultado será una infraestructura que no responde con agilidad a lo que se le exige.

Cinco claves para diseñar pensando en el futuro

Diseñar con visión, no solo con planos.

Ya no basta con responder a un pliego técnico o traducir requisitos en planos. Diseñar con visión implica entender qué papel jugará ese data center en su ecosistema, cómo se integrará con otras infraestructuras y hacia dónde se dirige el negocio del cliente.

Un diseño inteligente parte de las necesidades actuales, pero sobre todo contempla escenarios futuros. Y eso exige alinear el proyecto con la estrategia del cliente, su modelo operativo y su ritmo de crecimiento. Porque un data center no es solo una infraestructura: es una plataforma crítica que debe evolucionar junto al negocio que lo impulsa.

Incorporar flexibilidad desde el diseño.

Prever fases de crecimiento es importante, pero no suficiente. Cada decisión —desde la distribución de espacios hasta la elección de tecnologías— debe permitir adaptaciones sin tener que rediseñar desde cero.

Flexibilidad no implica improvisación, ni tampoco soluciones mínimas que luego se escalen. Si el cliente ya tiene clara su demanda (potencia, densidad, redundancia), lo más eficiente es dimensionar bien desde el principio, sin renunciar a la capacidad de evolución.

Unir diseño, operación… y ejecución desde el principio.

El conocimiento operativo no debe llegar al final. Cuanto antes se incorpore, más acertadas serán las decisiones de diseño. A la vez, cuanto más alineado esté el diseño con los datos reales del cliente, mayor será su capacidad para evolucionar con criterio.

Igual de importante es la ejecución. El diseño final no puede quedarse en una buena idea: debe materializarse como una solución real. Por eso, es fundamental que diseño y construcción trabajen como un solo equipo, alineados en visión y objetivos.

Diseñar con conciencia ambiental.

El diseño de data centers debe asumir una responsabilidad activa frente al medio ambiente. No se trata solo de optimizar consumos, sino de integrar la sostenibilidad desde la concepción del proyecto.

Ser proactivos en este ámbito implica pensar en instalaciones capaces de minimizar su huella, adaptarse a normativas exigentes y optar a certificaciones reconocidas. Entre las más relevantes se encuentran ISO 14001 (gestión ambiental), ISO 50001 (gestión energética), LEED y BREEAM, aunque no son las únicas. Dependiendo del enfoque y del contexto regulatorio, existen otras certificaciones como Energy Star o EMAS que también pueden aportar valor.

La sostenibilidad ya no es un extra. Es un eje estratégico que debe reflejarse en cada decisión de diseño.

Conocer bien al cliente desde el inicio.

Puede parecer obvio, pero no siempre sucede. Identificar con claridad quién va a operar el data center es clave para que el diseño sea eficaz.

Conocer su modelo de negocio, prioridades técnicas, estilo de mantenimiento y cultura interna permite tomar decisiones más alineadas desde el primer momento. Diseñar sin saber a quién se diseña es una apuesta a ciegas. En cambio, cuando el cliente está bien definido, el diseño se vuelve estratégico, anticipa necesidades y minimiza sorpresas futuras.

Porque si algo hemos aprendido en los últimos años es que un buen diseño no es el que encaja en un plano, sino el que sobrevive al cambio.

(datacenterdynamics.com)

Les estaremos informando con mucho más detalle, en el marco del informe especial: “Soluciones y productos de infraestructura para edificios y ciudades inteligentes (Sistemas BIM y BMS), POL (Passive Optical LAN). Seguridad integrada, video vigilancia y control de acceso. Casos de uso y aplicabilidad de cada solución y producto, incluyendo la colaboración digital (relacionado a realidad virtual sistema BIM) (Gemelos digitales). Buenas prácticas ambientales.», que estamos preparando para nuestra edición 216 y publicaremos en el mes de julio.

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