4% del PBI para educación no es poca cosa
Si bien la educación en nuestro país aún dista mucho del nivel óptimo, sí es cierto que estamos en el camino de una inversión en crecimiento sostenido para el sector desde el año 2006 pasando por los años de bonanza del gobierno aprista en los que debió incrementarse a los niveles de los años recientes. Pero, en fin, esta no es sino una especulación con buen deseo que demuestra una vez más que esa fue una etapa en la que debimos avanzar mucho más en varios rubros en vez de andar en piloto automático o en nuestra zona de confort como si fuésemos un país del primer mundo.
El asunto concreto hoy es que tenemos en el sector educación a nivel público un presupuesto de S/. 26,181 millones, de los cuales para invertir en tecnología en términos generales y en tecnología de la información, en términos particulares, deberíamos considerar varios millones de dólares. Ahora bien, el asunto es ingresar a los temas y necesidades puntuales para proponer soluciones efectivas y eficientes desde una perspectiva integral y a largo plazo, de educación de calidad para el futuro, no para hoy sino para dentro de 5, 10 o 15 años que son los plazos en los que se irán incorporando las nuevas generaciones al mercado laboral.
Es decir, tenemos que comenzar a trabajar en términos del mediano y largo plazo con una proyección de sociedad en permanente proceso de cambio e innovación donde el mundo académico debe, necesariamente, acercarse al mundo laboral real sin darse tregua ni beneficio de tiempo ocioso en innovación y desarrollo. En estas circunstancias ya estamos ante un panorama integral donde se suma lo público y privado, por lo tanto estamos hablando de un presupuesto de inversión que debe duplicar la cifra anterior y en consecuencia ofrecer un horizonte mucho más prometedor para la incorporación, a paso acelerado, de tecnología de punta en todos sus rubros.
Sigamos evaluando el sector y sus posibilidades reales para trabajar propuestas serias bien estructuradas y desde nuestro sector permitan aportar con proyectos innovadores y revertir la situación deficiente, pobre y conformista de nuestra educación para generar una corriente de desarrollo innovadora que incorpore la tecnología como elemento básico para estar a la altura de las circunstancias y los niños y jóvenes de nuestro país tengan una expectativa razonable de calidad de vida y nuestro aporte de valor signifique también un negocio que logra una rentabilidad con justicia por tu creatividad e imaginación.